miércoles, 28 de septiembre de 2011

Somos lo Mejor que Tenemos

No os congratuléis demasiado, pero tampoco os castiguéis.

El ser humano no tiene término medio, cuando alguien me dice que las cosas son siempre o negras o blancas, siempre les contesto que a veces, pueden y deben ser de un gris maravilloso. Día a día nos enfrentamos a situaciones que requieren de una serie de acciones necesarias para superarlas, y no nos damos cuenta. Si pudiera andar a vuestro lado todas las horas del día, os diría “¡bien, bien, así!” al veros subir las 8 bolsas de la compra a la vez hasta el segundo piso sin pasar por el ascensor. Me gustaría daros una palmada en la espalda cada vez que cumplís con vuestra agotadora jornada laboral. Desearía levantar el pulgar a esas madres que después de trabajar 7 horas, son capaces de tener preparada la cena antes de ir a buscar a los niños al entrenamiento. Pero no puedo, así que os debéis una enhorabuena, no infravaloréis vuestros pequeños triunfos.

No quiero decir que hagáis una fiesta cada vez que sois capaces de vencer a la pereza y completáis un gran entrenamiento, pero sí que quiero que salgáis por la puerta con una sonrisa de orgullo y satisfacción y penséis “lo he vuelto a hacer, un entrenamiento más, bien”. Cuando mis clientes terminan un entrenamiento, les doy la mano y les doy la enhorabuena, porque se lo merecen. Soy un entrenador duro, soy capaz de averiguar dónde está el umbral de la capacidad de cada persona, y os aseguro que llego hasta el, y junto a mí, ellos. Y se dan cuenta, por eso se merecen que alguien les diga lo que acaban de lograr.

¿Cuántas veces hemos tenido un jefe que sólo nos hablaba para recriminarnos nuestros fallos? ¿Cuántas novias o novios hemos tenido que sólo eran capaces de recordar la última vez que fregasteis los platos pero eran incapaces de recordar que la noche anterior habíais cenado en el restaurante favorito del otro? El ser humano suele tener devoción por prestar atención a las cosas malas, la misma que tienen por obviar lo bueno.

Pues bien, por suerte, nosotros somos lo mejor que tenemos, y nadie debería querernos nunca tanto como a nosotros mismos. Aquí tenéis una serie de ejemplos de autopiropos:

Tengo una gran fuerza de voluntad porque soy capaz de ir a entrenar 4 veces a la semana después de haber trabajado 7 horas.

Soy generoso porque cuando llego a casa ayudo a mi mujer a preparar la cena.

Soy inteligente porque soy capaz de llegar a fin de mes a pesar de que mi sueldo no sube y los precios no bajan.

Soy fuerte porque tengo el doble de problemas que los demás, pero hago que me afecten la mitad.

Soy seguro porque no temo lo que está por venir, porque sabré cómo solucionarlo.

No estaría nada mal que por lo menos, una vez al día os dijerais algo bonito, miraos al espejo y decidlo bien alto y claro. Que no os dé vergüenza, no hay nadie más.

Ya sabéis, si la próxima vez que dejéis pasar a una señora en la cola del súper, no os dan las gracias, pensad “soy tan buena persona que no necesito su agradecimiento, soy la leche.”


Video posando a 5 semanas de mi primera competición de 2011

Joan Gallardo. Fuerza, motivación e inconformismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario