jueves, 26 de diciembre de 2013

Ama Tus Derrotas.

Hace un año te lo prometiste, "voy a ponerme en forma" decías. Igual que hace dos años, igual que hace tres, como siempre, como has hecho siempre.

Y pudiera ser que este año volvieras a fracasar, porque la derrota es algo real. Más que real, es probable y cuando algo se torna probable tiene todos los números para convertirse en un hecho. Podría entrar a valorar  el error o no de ponerse una fecha para empezar y terminar las cosas que hacemos pero eso es algo tan humano como respirar y si no que levante la mano quien no haya dicho nunca algo como "empiezo el 1 de enero y si para el 1 de marzo no he visto resultados lo dejo". Demasiado humano.

Hoy quiero hablarte sobre qué hacer cuando pierdas. Cómo reaccionar ante una derrota.

Siempre digo que hay dos formas de recibir una bofetada, una de ellas consiste en mirar de frente y recibirla con el mentón levantado y la otra se basa en cerrar fuerte los ojos, mirar hacia otro lado y rezar para que no duela mucho. Esas son las dos formas de encajar una derrota: puedes abrir los ojos y extraer como una experiencia lo que has hecho bien y lo que no o puedes maldecir a la suerte, cerrar los ojos y no enterarte de lo que ha pasado. Ah, y repetir error tras error para volver a perder.

Las cosas sólo se hacen realmente bien cuando antes las hemos hecho mal muchísimas veces. Cada vez un poco "menos peor" pero mal al fin y al cabo. Cuando tenía 14 años fui a lanzar una canastas, fui solo y así como entraba andando cogí la pelota y tiré desde el centro de la cancha, la pelota entró limpia por el aro. Después fui a por la pelota, volví al mismo punto, lancé y no se acercó a más de 1 metro. Volví a intentarlo durante una hora y no pude volver a conseguirlo. Eso es suerte + osadía = Error tras error. Ese día no aprendí nada.

Al cabo de un par de días, cuando mi cabreo ya había pasado, volví a la cancha con una tiza, un boli y un cuaderno. Me puse a 4 metros de la canasta, hice una marca en el suelo y empecé a tirar, lanzaba y apuntaba los aciertos y errores. Cuando hubo más canastas que fallos daba un paso más atrás y seguía. Así hasta llegar al centro del campo. Al cabo de dos horas era capaz de encestar 3 de cada 10 lanzamientos desde el centro del campo. Ese día traté con la derrota, la acepté, la dejé entrar en casa, hablamos un rato y la convertí en mi amante. 


Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.

martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad, Feliz lo que SEA, pero FELIZ como SEA.

Hoy es Nochebuena, aunque los cacos no cenen en familia, la economía siga dándonos de qué hablar en el bar y el facebook nos diga cuáles han sido nuestros mejores momentos del año. Hoy es Nochebuena y por narices hoy tiene que ser todo mejor, como sea hoy tiene que ser una noche-buena.

Hoy vendrá el "culto" de turno a decirnos qué centro comercial explotó la Nochebuena pero que no os importe, esos también cenarán en familia y comprarán regalos, también quieren ser más felices, aunque sólo sea por una noche.

Con esto te quiero decir que siempre hay buenas excusas para intentar ser feliz, aunque sea por un rato, aunque quizás no te lo creas del todo y aun a sabiendas que no recuerdes gran cosa al día siguiente. Hoy es uno de esos motivos, quizás no muy potentes, para pensar en ser un poco más felices. ¿Que no? Los hay que son felices viendo 90 minutos de fútbol. Pero también me vale, hay que hacer lo que sea para ser feliz.

Hacemos esfuerzos mucho más titánicos para cosas mucho más banales. Nos partimos el lomo durante décadas para pagar una casa que quizás se revalore o quizás no, que quizás nos baste el dinero para pagarla o quizás no, que quizás nuestros hijos quieran vivir en ella o quizás no. Y mientras tanto, sufrimos para pagar letra tras letra perdiendo muchas sonrisas por el camino y ganando muchas arrugas en la frente.

Luego los hay que estudian pensando en un mañana perfecto con el trabajo que realmente merecen. Se despiertan un día con 28 años y toda una vida de estudios para ir al INEM a ver si sale algo en Mercadona. Uno no sabe en qué esforzarse realmente. Yo sí lo sé y ya te lo he dicho: en ser feliz, como sea.

Para esta misión no hay excusas malas ni peores, hay motivos para ser feliz, y que nadie os diga dónde reside vuestra fuente de felicidad porque no necesitáis que nadie os diga que ese agua es buena, si a vosotros os quita la sed.

SED FELICES. FELIZ NOCHEBUENA Y FELIZ NAVIDAD.





viernes, 20 de diciembre de 2013

Las Cosas Que NO Me Gustan.

No me gusta ver básculas en todos los baños de las casas.
No me gusta que de niños no nos enseñaran Nutrición.
No me gusta que aquí la primera opción sea jugar a fútbol.
No me gustan los exámenes escritos en Educación Física en primaria.
No me gustan los profesores que proyectan frustraciones en sus alumnos.
No me gusta la competitividad entre niños.
No me gustan los vendedores de humo.
No me gusta la envidia.
No me gustan los mentirosos.
No me gusta oír la palabra "mariconada".
No me gusta la gente superficial.
No me gusta quien se ríe de los defectos físicos de lo demás.
No me gusta el Bullying.
No me gustan las matemáticas al hablar de Nutrición.
No me gustan los anclajes y bloqueos.
No me gusta que los niños con sobrepeso no sepan dónde pedir ayuda.
No me gusta la relación "gordito-saludable".
No me gustan los gimnasios llenos de espejos.
No me gustan las máquinas de cardio.
No me gustan los que gastan más en suplementos que en comida.
No me gustan los contadores de las placas de las máquinas.
No me gustan los extremos.
No me gusta la gente que no se divierte cuando entrena.
No me gusta que te digan que no puedes hacer algo.
No me gusta que tu pareja no quiera verte en forma.
No me gusta la inseguridad.
No me gusta la gente que no permite que las personas evolucionen y avancen.
No me gusta que piensen que músculo sea igual a violencia.
No me gustan los estereotipos.
No me gusta quien no lee.
No me gusta quien no estudia.
No me gusta quien se lo cree todo.
No me gustan los que no son curiosos.
No me gustan los egocéntricos, hipócritas y demagogos. Novelistas.

Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.



lunes, 16 de diciembre de 2013

¿En Qué Pensaba?

"¿Cómo lo hiciste Joan? ¿Cómo podías seguir haciendo burpees de 10 en 10 tras 9 horas? ¿Cómo podías seguir impulsándote con los brazos hacia arriba? ¿Cómo superaste los calambres y las lesiones que ahora tienes? ¿En qué pensabas cuando querías irte a casa?"

Estas preguntas se han repetido a lo largo de toda la semana, hasta personas que viven a miles de kilómetros de Mallorca han tenido que colmar su curiosidad preguntando por correo electrónico. Mi página web www.joangallardo.net ha visto sextuplicadas sus visitas debido a la búsqueda de estas cuestiones en la CRÓNICA que escribí al día siguiente. Me encantaría poderlas haber contestado con la exactitud que me gusta exponer siempre, pero es imposible. Muchas de ellas escapan a mi propia comprensión pero voy a intentar hacer un acercamiento tranquilo de vuelta al día 8 de Diciembre repasando los momentos más duros de ese día incluso momentos que aún no he contado a nadie, porque eso sí que lo recuerdo MUY BIEN. Volvamos atrás...

-500 Burpees. Al llegar a los 500 Burpees noto un pinchazo en el lumbar, en el mismo punto exactamente que noté 5 días atrás en mi último entrenamiento de la semana, cada vez que bajo a la flexión noto como la cadera cae al suelo como si no hubiera sostén donde apoyarse, la pared abdominal se estira hasta doler. Sé que no voy a poder contar con estos vitales músculos en su plenitud pero lo salvo aumentado el trabajo de brazos y pierna. Es el primer momento que el cuerpo empieza a dar señales de que no va a ser fácil pero tiro de recursos para buscar otra forma de hacer las cosas.



-1000 Burpees. Tras cuatro horas y media llego a los 1000, los codos me duelen bastante, pero con Ibuprofeno voy controlando un poco las sensaciones, cardiopulmonarmente me encuentro mejor de lo que creía pero para mi sorpresa noto cómo me empiezan a temblar los brazos, en concreto el tríceps (señal de que pronto empezarán los calambres). Inmediatamente pido una tónica para intentar parar esos malditos tirones, dos clientes que permanecen a mi lado desde las 12 miran preocupados mientras mi pareja y un buen amigo corren al bar a por más tónicas. Intento pensar que ya llevo la mitad, que ahora es una cuenta atrás pero no encuentro consuelo en ello. Miro la foto de mi hijo y empiezo los siguientes 1000.
-1230 Burpees. Lo peor. Al terminar esa repetición cuádriceps, tríceps, abdomen y lumbar me fallan a la vez provocándome un intenso dolor que da con mis huesos en el suelo retorcido de angustia. Lo primero que pienso es: "se acabó, no puedo hacer 770 burpees con los músculos así, además la media ya me fallará y acabaría pasada la medianoche...". Me siento y recibo masajes, cremas, hielo, tónica, comida y aliento de parte de la gente que permanece ahí aún siendo mediodía. Los miro pero nadie dice nada, como si les preocupara decir o hacer algo que me haga abandonar, o peor para ellos: decir o hacer algo que me haga seguir. Tras media hora me lanzo al suelo y los calambres siguen en el tríceps pero descubro que si tras la flexión y el impulso doblo rápido los brazos parece ser que el tirón cede. Sin duda mucho más difícil pero si me permite seguir ya me vale. Respiro, beso la foto de mi hijo y sigo adelante.

-1400 Burpees. Tardo mucho en hacer apenas 200 y un buen cliente y amigo me dice: "verás cómo a partir de las 1500 te parecen menos". Hace mucho frío y empiezo a marearme con cada burpee. El corazón va extrañamente lento, bradicardia: no podrás parar esto sin mi permiso. Cuando alcanzo los 1460 parece que jamás van a llegar los 1500 burpees pero una visita especial me hace llegar a esa cifra en unos 5 minutos. Al acabar veo como la uña del dedo gordo del pie se está despegando. Una más.

-1600 Burpees. Tengo ganas de vomitar. Tanto subir y bajar me provocan mis viejos episodios de vértigo. Cada repetición que hago pienso que será la última antes de vomitar. Tengo arcadas, mi pareja me pregunta cómo estoy y yo le guiño un ojo y sonrío. Sé que no puedo mostrarme mal de salud porque los que me quieren me pararán y aunque se lo agradezco en el alma, no era día para eso, simplemente abandonar no es una posibilidad.

-1800 Burpees. Última hora. Sólo me queda una hora para terminar, pero siguen siendo 200 repeticiones agónicas. Aunque casi no puedo andar me niego a hacer menos de 10 cada vez, tienen que ser 10 siempre, sino no llegaré jamás. Hago algunas con vomito en la boca que voy escupiendo disimuladamente. ¿Cómo sigo adelante? Antes de empezar repito el mismo ritual para perder la noción de lo que estoy haciendo y pasar a modo automático. Doy vueltas, cojo aire, me coloco en el centro, miro al cielo, me agacho y miro a la izquierda, a la foto de mi hijo que vela cada repetición. No me doy cuenta y llegamos a las 1900.

-1900 Burpees. Estoy roto, tengo ganas de llorar por no tener a mi lado a la persona más importante pero sonrío al pensar en el día que pueda enseñarle ese ya imborrable 8 de diciembre de 2013. Esos burpees que no iban a costar o que iban a pasar rápido no llegan nunca. Pero ahora es diferente, la plaza está llena de amigos, por cada diez que hago 5 son suyos, me duele hasta respirar pero ellos me alivian. Ellos y esa foto que sigo mirando antes de cada 10 repeticiones. De los 1930 a los 1990 sí que se cumple, me pasan volando.

-1990-2000 Burpees. Antes de acercarme a mi lugar para los últimos 10 una persona me dice: "Ahora disfrútalos Joan", y me pongo a llorar al sentir los ánimos, palmadas en la espalda y algunas lágrimas casi compasivas. Al llegar pienso que pudiera ser perfectamente que durante esas 10 últimas mi cuerpo se rompiera o colapsara, por eso cojo la foto de mi hijo que tenía a mi izquierda y la pongo junto a mí en el suelo, cada repetición es un beso. En la última la cojo del suelo, le doy las gracias, un "te quiero" y un estertor. Esa pieza ya está cazada. 

Muchas cicatrices quedarán, pero muchas menos que memorias infinitas para recordar.

Así lo conseguí.

Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.

www.joangallardo.net
"Sólo tienes que desear levantarte UNA VEZ MÁS
de las veces que te has caído"



viernes, 6 de diciembre de 2013

Pedir Perdón, Perdonar.

Hoy ha muerto uno de los hombres del último siglo, Nelson Mandela. Y si algo me viene directamente al pensamiento al escribir sobre él es la palabra PERDÓN. Para mí Mandela representa como nadie el gesto puro de perdonar, de ser injustamente tratado y ser capaz de deshacerse del tentador odio para convertirlo en un verdadero acto de perdón. Envidio esa capacidad.

Hay dos tipos de personas en el mundo, los que siempre piden perdón y los que siempre perdonan.

Ojalá no fuera así, en mí caso particular siempre intento pensar mucho en cómo se siente el ser humano que se encuentra cerca de mí de modo que no pueda ofenderle ni herirle al hablar o hacer algo. Suelo buscar la forma más rápida y eficaz de no invadir los sentimientos de nadie, por eso he tenido que pedir perdón muy pocas veces en mi vida. Y quizás por eso, porque pienso mucho en los demás, me cuesta perdonar cuando no lo hacen conmigo.

Me gustaría ser como Mandela en ese aspecto.

Cuando era niño siempre me llevaba galletitas con un par de onzas de chocolate al colegio para merendar y siempre preguntaba a los otros niños si querían, un día llegamos tarde y olvidé la merienda en casa, al llegar al patio no tenía qué comer, pedí un poco de merienda a los otros niños y nadie me dio. Estuve 2 semanas sin hablarle a nadie. Supongo que es uno de mis defectos más grandes. Un defecto que equilibra la virtud de la empatía. Esta claro que no sé sentarme en dos sillas a la vez.

Y vosotros: ¿Perdonáis tanto como pedís perdón?

Ojalá fuéramos todos un poco Madiba.

Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Gracias.

"Déjame dar GRACIAS a la gente que me hace feliz,
porque ellos son los cariñosos jardineros
que hacen florecer la vida que vivo"

Gracias. No parece complicada y pudiera ser más difícil que pedir perdón. Ojalá se pudieran cambiar todos los "lo lamento" por el doble de "te lo agradezco".

Siempre hay una oportunidad para dar las gracias a alguien, o a algo. Me queda un mes para dejar atrás laboralmente el pueblo que más me ha dado en mi vida, no tiene nada que ver con cuántas personas han pasado por mi consulta sino por la calidez de su gente. Me he sentido querido y arropado siempre, eso es amor, y el amor se devuelve con más amor y más gratitud que amor. Porque el amor de verdad se agradece.

Gracias Villafranca de Bonany.

Sólo se me ocurrió agradecérselo dejando algo que perdurara con los años. Una zona deportiva para los niños abierta todo el día, que el deporte prevalezca por encima de la tecnología y que la calle tenga siempre niños riendo sobre ella. 3000 burpees completaremos este domingo durante todo el día para conseguir recaudar el dinero para tal fin, no pude pensar nada mejor, algo que no pudiera hacer cualquiera o más bien dicho: algo que no se le ocurriría a cualquiera, sólo a cualquier loco tal yo. 

Cada vez que un niño vaya a lanzar un par de tiros a canasta, yo sonreiré, yo daré las gracias. 
Han sido muchas las veces que he intentado devolver lo que estoy recibiendo, y siempre me ha entristecido pensar que podría haber hecho algo más. Sin embargo me consuelo al pensar que no puedo conformarme ya que tan grande es la magnitud de mi agradecimiento que sé que siempre voy a pasar por ese pensamiento, quizás ahí reside mi incapacidad para descansar, por pensar siempre que tengo cosas por dar: Nunca demasiado me pareció tan poco.

Nunca antes me vi tan capaz, tan deudor.

Gracias a todos los que habéis creído en mí. Os espero este domingo; nos queda poco juntos aunque hay una luz que nunca se apagará entre nosotros.

Gracias Villafranca de Bonany.

Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Nunca Te Fuiste.

"No es necesario destruir el pasado, se ha ido;
en cualquier momento puede volver, parecer ser y ser presente"
-John Cage

Casi 2 años sin venir a verte ni traerte bombones. Floreciste en un mal momento, y aún así fuiste capaz de esparcir un gran aroma a todo aquél que se atreviera a buscar ayuda o consuelo en tu pequeño rincón del mundo.

El otro día me acordé de ti, pasé de lejos a ver cómo estabas y resulta que encontré a mucha gente a tu alrededor, me entristece que el que más tuvo que estar ahí no cumpliera. Espero no te hayas sentido abandonado.

La verdad es que nunca me han dejado de preguntar por ti. Algún "¿y ese blog?" con otros "me encantaba, ¿por qué lo dejaste?" me empujaron a intentar escribir otros como "Train Your Life" o "Coaching Fitness" pero nunca fueron lo mismo, eran buenos pero no eran tú. Sin quererlo te hiciste especial, fuiste el primer balcón dónde pude salir a hablar con el mundo y eso es difícil de olvidar.

A veces quieres encerrar en el recuerdo cosas que nunca debieron pertenecer al pasado. Muchas menos veces surge la posibilidad de rescatar de la polvareda de los años algo, pero tú serás una excepción. Hoy nos pondremos guapos y saldremos a pasear juntos, como hacíamos antes, como decía la gente y como dijo alguien: "queriéndonos infinito".

Te agradezco todo lo que vivimos en esa dura y desconcertante época, me mantuviste vivo y sacaste lo bueno que aún podía sentir para ofrecerlo al mundo.

Hoy te prometo que es un mejor momento, hoy florecerás de nuevo y yo me encargaré de pasear tu perfume. Que todo el mundo sepa lo bien que hueles.

Hoy vuelves. Hoy regresa:


-Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo-