miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Qué valen las cosas? Lo que yo quiero

El dinero y el tiempo son los dos peores inventos de la historia. Sí, el tiempo es un invento, hasta que no se inventó la manera de medirlo sólo existían los días, no sabíamos lo que era una hora. Pensadlo, me imagino dentro de poco jugando con mi hijo durante horas, para mí, serán un suspiro, sin embargo su espera, de días, se me está haciendo eterna.
Con esto quiero decir que podemos llegar a tener tanto control sobre nuestras vidas, que términos como riqueza, pobreza, estrés, aburrimiento o desesperanza pueden  ser tan maleables como una bola de plastilina sobada.
Un muy buen amigo me dijo una vez en la terraza de un chiringuito de verano: “Tío, si la coca-cola costara 10000€ la botella, sería la bebida principal de las fiestas de los ricos.” Fue un comentario, aunque no lo parezca, muy profundo.
Quizás si nos paráramos a pensar en el valor subjetivo de las cosas, las apreciaríamos más. Hoy es la primera media hora en la que realmente no tengo nada que hacer…desde hace tres semanas. Poder sentarme a escribir tranquilamente, aunque sólo sea un momento, es algo que me llena de energía y felicidad, esta media hora vale mucho, unos 200€.
Si el dinero fuera un valor bursátil y se pudiera adquirir en las tiendas, yo invertiría. Sólo los que no tenemos mucho tiempo libre sabemos cómo disfrutarlos. No dejéis que los días de vuestra vida pasen volando, cada segundo que pasa no volverá a repetirse jamás.
Bueno, mi media hora ha terminado y tengo un cliente calentando en la cinta, su tiempo también vale dinero, no seré yo quien se lo robe.
Un abrazo muy fuerte. Fuerza, Motivación e Inconformismo.

El próximo día 22 a las 18 horas en el Teatro Municipal de Vilafranca de Bonany podréis verme en la 5ª Edición del Vilafranca Bodybuilding Show. No os lo podéis perder, adquirir vuestra entrada anticipadamente en el XS Fitness Club o contactando conmigo.

viernes, 7 de octubre de 2011

El Poder de Cambiar las Cosas


Hoy ha sido un gran día en el trabajo, duro, como todos, pero feliz, como siempre.

Cada vez que veo evolucionar a mis clientes, tanto a nivel físico como mental, las horas de entrenamiento personal, las horas rebanándome los sesos elaborando dietas y rutinas, las interminables charlas y sermones se vuelven en una mera brisa sin importancia. Cuando veo la ilusión y la gratitud en los ojos de un cliente, todo mi trabajo se ve recompensado en algo que el dinero no es capaz de epitomizar.

El aspecto físico huye de lo superfluo ya que vivimos con él, nos presentamos con él y trabajamos con él. La hipocresía nos dice que lo importante no es el físico, yo digo que lo IMPORTANTE Y VITAL es estar cómodo y feliz con nuestro cuerpo y hacer que actúe como un proyector de nuestra personalidad, mejor, como un amplificador de nuestra persona.

Lamento muchísimo cuando un cliente no ha sido capaz de cumplir los objetivos de la semana, me afecta, no me enfado, pero reconozco que me frustra. Quizás por eso mi status como entrenador personal es el que es, porque pongo sentimiento en lo que hago, corazón.

Cuando me pongo a repasar mis mayores logros como profesional, me acuerdo sobretodo del cambio de mirada de mis clientes, el cambio brutal experimentado en su seguridad, ambición, ego y confianza. Uno de los casos que guardo con más cariño es el de Toni, un joven que entró avergonzado en el gimnasio con más de 120 kilos. 8 meses después y 5 clases personales a la semana dieron como resultado un tío seguro y capaz de cambiar la luna de sitio con un nuevo cuerpo de 76 kilos. Me regaló un fin de semana en Barcelona para ver el Barça-Madrid. Siempre guardaré esa gratitud en lo más profundo de mi memoria y corazón.

Tengo un trabajo que me permite ayudar a cambiar la vida de las personas, aunque sea en parte, quizás en una mínima, ya me realiza más que otras futilidades innecesarias de la vida.

Tenéis el poder de cambiar las cosas, tenéis la capacidad y la aptitud, sólo necesitáis la actitud.

Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.



Os dejo un video a poco más de 3 semanas de la primera gran cita.