viernes, 2 de septiembre de 2011

Promesas

Dice mi película favorita: “Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde o, en mi caso, demasiado pronto para ser quien quieres ser. No hay límite en el tiempo. Empieza cuando quieras. Puedes cambiar o no hacerlo. No hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa.” (Por si tenéis curiosidad es de “El Curioso Caso de Benjamin Button”)
Por suerte, el ser humano siempre busca mejorar sus aptitudes, no todos lo logran, pero seguro que la mayoría ha tenido ese momento de análisis donde nos decimos “Tengo que conseguir un empleo mejor, tengo que ganar más dinero, tengo que ponerme en forma, tengo que encontrar pareja, tengo que ser más FELIZ.”
La lástima es que ese ejercicio suele quedarse en eso, una crítica cruel y despiadada a lo que ha sido nuestra vida hasta que pasados 10 minutos, nos olvidamos de todo y seguimos con nuestras cómodas vidas. La verdad es que puede ser más confortable conformarse, más fácil, y las personas siempre tendemos a buscar lo fácil, aunque no sea ahí donde reside la felicidad más profunda.
Hay algo peor que todo eso, querer mejorar sin esforzarse esperando que alguien nos ayude. Nos quejamos amargamente de que nadie hace nada por nosotros, incluso en lo más cotidiano de nuestras vidas; esperamos que nos dejen pasar cuando estamos en un paso de cebra, esperamos que alguien nos cuele en la fila del súper, esperamos que alguien nos llame ofreciéndonos el trabajo de nuestras vidas, esperamos que la chica perfecta nos pida el número de teléfono… y hablando sobre el mundo del fitness y el culturismo: esperamos que nuestros músculos se pongan a tope aguantando un birra con un brazo y el mando de la playstation en el otro (Curl de Sedentario se llama) y encima esperamos que las dos pizzas que nos acabamos de comer no nos engorden.
¿No sería mucho más accesible, lógico y motivador conseguir todas esas cosas por nosotros mismos?
¿Os habéis preguntado real y sinceramente que seríais capaces de hacer por vosotros mismos?
¿Cómo esperáis que alguien haga por vosotros lo que no haríais por vuestra propia voluntad?
Os falláis constantemente, sólo os tenéis a vosotros mismos, empezad a quereros mucho más y a empezar a conseguir por vosotros mismos lo que hasta ahora habíais esperado placentera y perezosamente.

Os propongo un juego. Elaborad una lista con 3 promesas que os haréis. Tienen que ser posibles, pero deben requerir cierto esfuerzo y sacrificio. Pueden ser sobre lo que queráis, pero desead cumplirlas, desead mejorar y no os volváis a fallar.
Nada sienta mejor que lo que uno consigue por su propio esfuerzo.
Os dejo algunos ejemplos:
-Me prometo ir 3 veces al gimnasio todas las semanas.
-Me prometo perder 10 kilos en medio año.
-Me prometo ser más simpático y generoso.
-Me prometo no beber alcohol los fines de semana.
-Me prometo ir a caminar 4 kilómetros cada día.
-Me prometo ayudar a otras personas.
-Me prometo dejar de fumar.
-Me prometo decir más “te quiero”.

Yo mientras tanto me prometo seguir intentando ayudar a las personas que me rodean a que el mundo parezca un lugar un poco más “prometedor”…
Un abrazo infinito. Joan Gallardo. Fuerza, motivación e incoformismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario