lunes, 16 de diciembre de 2013

¿En Qué Pensaba?

"¿Cómo lo hiciste Joan? ¿Cómo podías seguir haciendo burpees de 10 en 10 tras 9 horas? ¿Cómo podías seguir impulsándote con los brazos hacia arriba? ¿Cómo superaste los calambres y las lesiones que ahora tienes? ¿En qué pensabas cuando querías irte a casa?"

Estas preguntas se han repetido a lo largo de toda la semana, hasta personas que viven a miles de kilómetros de Mallorca han tenido que colmar su curiosidad preguntando por correo electrónico. Mi página web www.joangallardo.net ha visto sextuplicadas sus visitas debido a la búsqueda de estas cuestiones en la CRÓNICA que escribí al día siguiente. Me encantaría poderlas haber contestado con la exactitud que me gusta exponer siempre, pero es imposible. Muchas de ellas escapan a mi propia comprensión pero voy a intentar hacer un acercamiento tranquilo de vuelta al día 8 de Diciembre repasando los momentos más duros de ese día incluso momentos que aún no he contado a nadie, porque eso sí que lo recuerdo MUY BIEN. Volvamos atrás...

-500 Burpees. Al llegar a los 500 Burpees noto un pinchazo en el lumbar, en el mismo punto exactamente que noté 5 días atrás en mi último entrenamiento de la semana, cada vez que bajo a la flexión noto como la cadera cae al suelo como si no hubiera sostén donde apoyarse, la pared abdominal se estira hasta doler. Sé que no voy a poder contar con estos vitales músculos en su plenitud pero lo salvo aumentado el trabajo de brazos y pierna. Es el primer momento que el cuerpo empieza a dar señales de que no va a ser fácil pero tiro de recursos para buscar otra forma de hacer las cosas.



-1000 Burpees. Tras cuatro horas y media llego a los 1000, los codos me duelen bastante, pero con Ibuprofeno voy controlando un poco las sensaciones, cardiopulmonarmente me encuentro mejor de lo que creía pero para mi sorpresa noto cómo me empiezan a temblar los brazos, en concreto el tríceps (señal de que pronto empezarán los calambres). Inmediatamente pido una tónica para intentar parar esos malditos tirones, dos clientes que permanecen a mi lado desde las 12 miran preocupados mientras mi pareja y un buen amigo corren al bar a por más tónicas. Intento pensar que ya llevo la mitad, que ahora es una cuenta atrás pero no encuentro consuelo en ello. Miro la foto de mi hijo y empiezo los siguientes 1000.
-1230 Burpees. Lo peor. Al terminar esa repetición cuádriceps, tríceps, abdomen y lumbar me fallan a la vez provocándome un intenso dolor que da con mis huesos en el suelo retorcido de angustia. Lo primero que pienso es: "se acabó, no puedo hacer 770 burpees con los músculos así, además la media ya me fallará y acabaría pasada la medianoche...". Me siento y recibo masajes, cremas, hielo, tónica, comida y aliento de parte de la gente que permanece ahí aún siendo mediodía. Los miro pero nadie dice nada, como si les preocupara decir o hacer algo que me haga abandonar, o peor para ellos: decir o hacer algo que me haga seguir. Tras media hora me lanzo al suelo y los calambres siguen en el tríceps pero descubro que si tras la flexión y el impulso doblo rápido los brazos parece ser que el tirón cede. Sin duda mucho más difícil pero si me permite seguir ya me vale. Respiro, beso la foto de mi hijo y sigo adelante.

-1400 Burpees. Tardo mucho en hacer apenas 200 y un buen cliente y amigo me dice: "verás cómo a partir de las 1500 te parecen menos". Hace mucho frío y empiezo a marearme con cada burpee. El corazón va extrañamente lento, bradicardia: no podrás parar esto sin mi permiso. Cuando alcanzo los 1460 parece que jamás van a llegar los 1500 burpees pero una visita especial me hace llegar a esa cifra en unos 5 minutos. Al acabar veo como la uña del dedo gordo del pie se está despegando. Una más.

-1600 Burpees. Tengo ganas de vomitar. Tanto subir y bajar me provocan mis viejos episodios de vértigo. Cada repetición que hago pienso que será la última antes de vomitar. Tengo arcadas, mi pareja me pregunta cómo estoy y yo le guiño un ojo y sonrío. Sé que no puedo mostrarme mal de salud porque los que me quieren me pararán y aunque se lo agradezco en el alma, no era día para eso, simplemente abandonar no es una posibilidad.

-1800 Burpees. Última hora. Sólo me queda una hora para terminar, pero siguen siendo 200 repeticiones agónicas. Aunque casi no puedo andar me niego a hacer menos de 10 cada vez, tienen que ser 10 siempre, sino no llegaré jamás. Hago algunas con vomito en la boca que voy escupiendo disimuladamente. ¿Cómo sigo adelante? Antes de empezar repito el mismo ritual para perder la noción de lo que estoy haciendo y pasar a modo automático. Doy vueltas, cojo aire, me coloco en el centro, miro al cielo, me agacho y miro a la izquierda, a la foto de mi hijo que vela cada repetición. No me doy cuenta y llegamos a las 1900.

-1900 Burpees. Estoy roto, tengo ganas de llorar por no tener a mi lado a la persona más importante pero sonrío al pensar en el día que pueda enseñarle ese ya imborrable 8 de diciembre de 2013. Esos burpees que no iban a costar o que iban a pasar rápido no llegan nunca. Pero ahora es diferente, la plaza está llena de amigos, por cada diez que hago 5 son suyos, me duele hasta respirar pero ellos me alivian. Ellos y esa foto que sigo mirando antes de cada 10 repeticiones. De los 1930 a los 1990 sí que se cumple, me pasan volando.

-1990-2000 Burpees. Antes de acercarme a mi lugar para los últimos 10 una persona me dice: "Ahora disfrútalos Joan", y me pongo a llorar al sentir los ánimos, palmadas en la espalda y algunas lágrimas casi compasivas. Al llegar pienso que pudiera ser perfectamente que durante esas 10 últimas mi cuerpo se rompiera o colapsara, por eso cojo la foto de mi hijo que tenía a mi izquierda y la pongo junto a mí en el suelo, cada repetición es un beso. En la última la cojo del suelo, le doy las gracias, un "te quiero" y un estertor. Esa pieza ya está cazada. 

Muchas cicatrices quedarán, pero muchas menos que memorias infinitas para recordar.

Así lo conseguí.

Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.

www.joangallardo.net
"Sólo tienes que desear levantarte UNA VEZ MÁS
de las veces que te has caído"



2 comentarios:

  1. Sólo las grandes causas son hechas por grandes hombres y eres, sin lugar a duda, uno de ellos. Tu fuerza mental, corporal y espiritual lo hicieron posible, pero sobretodo ese deseo de ver que esos niños, como el tuyo, vivan en un lugar mejor y lleno de deporte. Tu esposa, tu hijo y tus amigos nos sentimos orgullosos de tu valor, amigo. Saludos.

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  2. No veas la cantidad de veces que pensé, me pongo al lado, a hacer las que pueda... cada una que haga yo, una menos que hace él. No lo hice por no quitarte la victoria completa, que estaba seguro de que conseguirías por tus santos $&/·$ pero cada serie que te veía hacer, me tenía que aguantar el impulso. No quise preguntarte por miedo a que me miraras y me dijeras con la mirada "¿Crees que no puedo?" o "El reto es mío..."... así que me quedé a animar.
    Un día que me costará olvidar, como logro y como símbólo, a parte de la sensación del último burpee... eso no lo paga el dinero.

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