martes, 27 de diciembre de 2011

Simplificad, sed más felices.

Llegan fechas curiosas, la Navidad ya se ha asentado, en las calles, en nuestros hogares, en los negocios y hasta en las televisiones. Reconozco que estoy disfrutando. Es mi época favorita del año junto con los últimos días de verano.

Aunque creo que no hay nada mejor en esta vida que ser el dueño de nuestros actos y pensamientos, para mucha gente, supone todo un mal trago. No siempre es sencillo aclarar nuestra mente. Y menos aún saber qué camino vamos a escoger, cómo vamos a hacer las cosas y cómo vamos a vivir a partir de ahora.

¿Alguna vez habéis intentado solucionar un problema de matemáticas durante horas y de repente, el más tonto de la clase os ha dado la solución? Sería una conversación de este tipo:

-"¿Cómo demonios se resuelve esta división? Debe haber alguna especie de fórmula dificílícima..."
-"Se hace así, quitándo esa coma y ya está."

Ni fórmulas ni mala baba del profesorado. Sólo un nudo que yo mismo habría atado fuertemente asumiendo que no era posible que algo tuviera una solución tan evidente.

Esto suele darse con frecuencia en la vida. Nos colocamos decididamente frente una pared de hormigón y empezamos a propinarle una buena serie de cabezazos para atravesarla cuando a medio metro hay una preciosa puerta abierta. Me viene a la mente la típica escena peliculera donde un chico juega al ajedrez y no puede pensar con claridad entre tantas piezas. El maestro le mete un meneo al tablero despejándolo de peones, alfiles y otros nombres que no sé que significan. Me parece toda una alegoría de la toma de decisiones de la vida.

Si cojo esta idea y la plasmo en estos días no puedo evitar pensar en la gente preocupada por su figura y que va a dejar pasar estas fiestas entre ansiedad, tristeza, debilidad y remordimientos.

También pienso en esas personas que están deseando pedir perdón y no se atreven por mil razones inservibles que por desgracia se anteponen ante el valor de dicho gesto. "Perdóname, lo siento mucho." Pienso que sólo hay una frase más sincera y llena de desdicha que esta frase. "Claro que te perdono."

Son unos días inmejorables para pedir perdón y para perdonar.

"Te quiero". Se me erizan los pelos de todo el cuerpo al escribirla. ¿Cuánto tiempo hace que no lo decís? No hablo sólo de decírselo a la pareja. ¿Os acordáis de vuestros padres, hermanos, amigos o hijos? Muchas veces dejamos que nuestro ego, orgullo y rencor hablen por nosotros. Malos compañeros. Malas amistades.

Seguro que deseáis pedir perdón, perdonar o decir "te quiero" a alguien. No perdáis ni un día.

Un pensamiento simplificado suele ser el ideal. Sólo cuando empezamos a pensar demasiado, y sobre todo, solamente cuando nos cargamos de razonamientos erróneos e inútiles, torcemos el camino, lo predisponemos de piedras donde tropezar, donde caer. Nosotros mismos. Por nuestra culpa. A muchas personas les suceden desgracias por sus propias malas decisiones y malos razonamientos.

Nuestra mente dominará nuestros acontecimientos.

-El perdón nace del alma generosa. (Maquiavelo)

Os dejo una de las canciones más bonitas que conozco:
Forgive me, Let live me
Set my spirit free
Losing, it comes in a cold wave
Of guilt and shame all over me
Perdóname, déjame vivir
Libera mi espíritu
Perder, viene en una ola fría
Que me empapa de culpa y verguenza

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