martes, 21 de febrero de 2012

Una roca en mitad del camino, ¿Salto o me doy de lleno? Parte II.


En esta segunda parte de los “fallos repetidos”, veremos una serie de conductas que no pocas veces han acabado en el abandono del cliente. Se centran en la terrible habilidad del ser humano para crearse excusas y auto-engañarse.

En el despacho del XS Fitness Club me han llegado a jurar por sus hijos que no se habían saltado la dieta después de haber engordado 1,5 kgs en una semana. Yo mismo me he llegado a  jugar mi ajado coche contra un cliente que prometía haberlo hecho todo bien y que finalmente confesó no haber hecho ni un solo día completo de dieta estricta. En compañía de mi jefe y mejor amigo Xisco Serra hemos visto de todo, conocemos todas las excusas posibles, y aún así hay personas que piensan que poseen la original. Pues no, las he oído todas. Personalmente me hace mucho más feliz que me digan “mira Joan, no he cumplido, pero a partir de hoy me voy a esforzar al 100%”. Algo que se repite en los clientes que han logrado los cambios físicos más espectaculares es la sinceridad. Cuando una mujer se despoja de pretextos y admite su presente y su realidad, puede lograr el físico que desee. Lo mismo sucede con los hombres, los que han dado la cara entrenamiento tras entrenamiento han logrado el cuerpo que no podrían ni soñar no ha mucho tiempo.

Tristemente hemos adquirido la rara y poco sana costumbre de sacudirnos las culpas como quién se quita una mota de polvo de la chaqueta. Vivimos en una sociedad en la que si un profesor castiga a un alumno, el padre del mismo se planta en su despacho para amenazarlo de muerte, o incluso para agredirle. Aparcamos en lugares prohibidos y nos comemos al policía que nos multa. Salimos a la calle y si llueve maldecimos al cielo.

Veamos dichas conductas, seguro que os veis reflejados en ellas. Lo sé porque he pasado por ahí. Nadie nace con una fuerza de voluntad perfecta:


-Saber perder: El enfado de un cliente que no consigue el resultado deseado sólo es comparable al nivel de su justificación. Mi trabajo es muy sencillo desde el punto de vista teórico: calorías + tipo de alimento + gasto calórico= éxito. Lo difícil es conseguir que dichos clientes se apliquen al 100%. Pero claro está, cuando alguien paga por algo, sobreentiende que todo debería ser más fácil, o en otras palabras, tener un entrenador personal no asegura el éxito, es más sencillo, pero yo sólo ofrezco la mejor pala y el mejor pico, no voy a construir la casa. Siempre que perdamos alguna partida del juego de la vida, deberíamos aceptar nuestra derrota y aprender de ella. Es lo que llaman experiencia. Experiencia es aprender, no vivir.

-Falta de un buen Motivo: Un gran error, en este mundo se suelen necesitar grandes motivos para lograr grandes cosas. Debéis encontrar algo por lo que moveros antes de echar a andar. Da igual la fuente. Un buen motivo puede ser lograr descubrir esos abdominales que jamás habéis logrado ver. Dar celos a vuestra ex puede ser un gran acicate. Que el guaperas de turno se fije en vosotras puede lograr que la cinta de andar haga más kilómetros que nunca. No importa. Siempre digo que “el fin justifica el motivo, no el medio”, casi como Maquiavelo.

-Pérdida de la Perspectiva: Un punto importantísimo, vital. Jamás debemos perder la perspectiva, no ayuda nunca. He visto como hombres que sólo medio año atrás portaban un sobrepeso de 20 kilos se quejaban de que los abdominales inferiores se resistían a salir. Es como el empresario que pasa de ganar 6000€ a ganar 4000€ en plena crisis, y se queja. Hay que aprender a mirar la vida desde lejos, con una amplia visión, donde podamos ver claramente el pasado, el presente y el futuro inmediato. ¿Quién no firma perder 15 kilos en un año? ¿Cualquiera verdad? Pues la verdad es que después de pocas semanas, mis clientes desean perderlos en un par de meses. Es lo que tiene descubrir la facilidad y sencillez del camino, que provoca impaciencia y ganas de correr. Recordad de dónde venís, dónde estáis y dónde se encuentra vuestra meta.

Ahora ya conocéis los mayores errores en el mundo del fitness y el bienestar. Sin duda debería ser más sencillo conociendo qué no conviene hacer. Ahora sí, ya sabemos que el humano es el único animal capaz de tropezar 2 veces en la misma piedra. Pensamiento optimista, el ser humano es capaz de tropezarse una y otra vez con la misma piedra.

Prestad atención al siguiente vídeo, además de inspirador, carga de esperanza y de amor. No apto para lacrimógenos.

Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.

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