lunes, 13 de febrero de 2012

Una roca en mitad del camino, ¿Salto o me doy de lleno? Parte I.


¿Hubiera sido Hércules el heroico Hércules sin los leones, los tigres, los bandidos y demás escollos de los que libró a la tierra? ¿Habría servido de algo sus musculosos brazos, paciencia absoluta o determinación imponente?
La vida nos suele pedir que hagamos uso de nuestras mejores habilidades, es la forma en la que al final podremos decir: “He luchado toda mi vida por lo que tengo.” No existen batallas ganadas desde el sofá de casa. Si así fuera, ¿qué valor tendría? No existe el mérito sin lucha. No hay victoria donde no hay dificultad. No hay día sin noche.

A lo largo de mi experiencia como Entrenador Personal, he podido observar una serie de conductas negativas que se repiten una y otra vez en mis clientes, es lo que yo llamo, “Fallos repetidos”. Por muy diferentes que sean las personas, suelen coincidir en dichos “fallos”. Para que os sirva de ayuda y sepáis que todo tiene solución y que no sois una excepción. Voy a comentarlos uno a uno:

-Pereza: En este punto es donde os remito a la entrada “Piloto automático”. Hablo largo y tendido sobre ello. Observo, muy a mi pesar, como la pereza suele invadir las mentes de mis clientes a poco que el entorno se vuelve ligeramente adverso, “es que no tenía pollo en casa, así que me pedí una pizza”. Con ir a hacer la compra antes de llegar a casa habría sido suficiente. “Es que llovía y no pude ir al gimnasio”. No estamos en el Amazonas, existe un invento milagroso de alta tecnología llamado paraguas que suele ir bien en estas condiciones, tan extremas.

Lo único que debéis hacer cuando la pereza esté a punto de convertir vuestras posaderas en sacos de plomo es moveros, eliminar de raíz ese mal pensamiento, ir al gimnasio casi en el mismo instante en el que estáis pensando en no ir, empezar a cocinar lo que os toca para cenar cuando sintáis el deseo de llamar a Telepizza. Si lo pensáis, en realidad no es un ejercicio nuevo para vosotros, lo hacemos a diario. Pensad cuando tenéis ganas de estrangular a esa maleducada que siempre se cuela en la cola del súper… y no lo hacéis (espero).

-Impaciencia: Vamos con otro error estrella, la impaciencia es, sin duda, una mala compañera de viaje. Muchas veces he visto potencial desaprovechado donde la paciencia habría obrado milagros. Jamás creo que sea capaz de aprender un idioma que no he hablado en 27 años en un mes, parece un pensamiento bastante lógico. Pues bien, muchos de mis clientes quieren perder en uno o dos meses los kilos de grasa que llevan acumulando varios años. La impaciencia sólo consigue difuminar la realidad, desanimar y hacer que nuestro camino se convierta en tortuoso donde podría existir un placentero viaje hacia la auto-superación.

-La gula: Pecado capital incluso, como la pereza. Desde hace siglos que tienen claro que no es algo bueno. Sin embargo, vamos a ser cabezones, que eso si que es algo que nunca pasa de moda. En este punto la ecuación se vuelve muy sencilla: El problema número 1 de mis clientes es su sobrepeso, que viene dado en su mayoría por unos hábitos nutricionales del todo indeseables; frituras, grasas, hidratos en exceso y sobre todo, el dulce. Me parece cuanto menos irónico que el causante del sobrepeso de mis clientes sea el denominador común de sus rendiciones. Es decir: “Mi sobrepeso se debe a que como muchos dulces. Odio mi sobrepeso. Hoy no tengo ganas de hacer dieta. Voy a comer dulces.” ¿No lo pilláis? “Estoy harto de que me duela la mano de los martillazos que me doy en el trabajo. Hoy no quiero ir con cuidado con el martillo. Voy a darme un par de golpes con el martillo.” Caemos una y otra vez en conductas nocivas para todos los aspectos de nuestras vidas. Odiamos nuestro peso pero lo agravamos para sentirnos mejor por un breve espacio de tiempo (lo que tardamos en perder el sabor en la boca) para sentirnos mucho peor después. Culpable, triste, rendido, desanimado, débil. ¿Otro bocadito de pastel?

En la próxima entrada seguiremos desgranando los errores que hacen que un gran objetivo se convierte en un titánico fracaso. De momento sabéis que si nos deshacemos de la pereza, de la impaciencia y de la gula todos nos irá un poquito mejor.

¿Estáis sacando lo mejor de vosotros mismos?

Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.

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