Hoy os traigo uno de esos casos muy
especiales, la historia de un chico, muy joven, en muy mala forma, que vino con
menos pretensiones que las que les prometimos en su primera consulta. ¿Qué
quiero decir? Toni vino queriendo perder peso, nosotros le prometimos que su
primer objetivo se quedaría pequeño cuando viera de lo que es capaz con
trabajo, fuerza de voluntad y un poco de pasión.
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Toni, antes de empezar su camino. |
Desde el primer momento me sentí muy
identificado con su caso, su situación me era familiar, simplemente porque
donde él se encontraba ahora yo hacía años que había vivido. Pude ver mi
antiguo problema de sobrepeso desde fuera, y sabiendo todo lo que aquello me
aportó me volqué en Toni, me propuse que llegara a un punto de forma
superlativo, perder un poco de peso no bastaba, este chico iba a vivir en un
cuerpo que jamás podría haber soñado poseer.
No empezamos bien, después de la primera
semana, engordó casi 1 kilo, en un glorioso intento por hacernos creer que lo
había hecho todo bien nos vimos obligados a hacerle entender que el cuerpo
humano es como la música, pura matemática, y que si había engordado un kilo es
porque no había respetado los parámetros nutricionales que le habíamos marcado.
Entendió al momento que aquí no había nada de fácil, que sólo su puro esfuerzo
lo llevaría al éxito. Nada de engaños o de intentar hacerse amigo de la
báscula. Como le dije bien clarito “tú puedes mentirme, pero la báscula es una
jodida muy sincera.”
A partir de ese momento le obligué a
presentarme semanalmente todo lo que había comido a cada hora. Entonces los
kilos comenzaron a desaparecer, empezó con 87’5 para 1’74 de altura, al poco
llegó a la barrera psicológica de los 80. Pude ver su duda, “es que alguna vez
llegué cerca de ese peso y volví a recuperarlos en poco tiempo”. ¿A quién no le
ha pasado? Ver que la báscula parece reírse de nosotros mostrándonos siempre el
mismo peso hagamos lo que hagamos. En su piel vio como la única barrera que
existe para el ser humano es la de la falta de confianza en uno mismo. “Si
realmente lo quieres, lo conseguirás”, esa frase supuso un acicate en su
propósito, 78 kg, 75 kg… De repente, mientras entrenábamos le dije, “hoy vamos
a echarte un vistazo sin camiseta”. No me lo creía yo, menos él, “¿eso parecen
tus abdominales no?” le dije con cierta sorna. Para Toni, ver un amago de zona
media era poco menos que un milagro, su
cintura era de las más rebeldes que había visto nunca, mucha piel, mucha
grasa y mucha retención de líquidos. El típico caso de alguien que cree que es
imposible que todo eso llegue a irse. Una vez más, aquí lo único imposible es
el propio término, imposible pensar
en imposibles, imposible.
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Toni, tras su primera y dura semana. 87'5 kilos. |
Hoy Toni pesa 72’5 kilos, 15 menos
en 6 meses. Luce con orgullo un cuerpo trabajado, duro como la roca, con una
cintura minúscula con unos abdominales que parecen pelotas de golf engarzadas.
Su satisfacción es nuestro orgullo. Su mirada agradecida es nuestra mirada
realizada.
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Toni, 72'5 kilos. Su esfuerzo ha convertido un sueño imposible en su realidad. |
Enhorabuena Toni, clientes como tú
hacen que adoremos nuestro trabajo. De Xisco Serra y un servidor, Joan
Gallardo. Un abrazo.
Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e
Inconformismo.
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