A veces, los caminos nos pueden
llevar a una dulce rendición, hablo de ese lugar donde termina nuestra
capacidad, donde podemos decir bien orgullosos “hasta aquí, no me queda ni una
gota más que dar”. No hay derrota aquí, hay consciencia de nuestro límite, y
eso, no es para nada algo malo, de hecho, os puedo garantizar que será el
germen de una futura victoria.
Sin embargo, en la mayoría de casos,
ese brusco final en la historia se adelanta, es lo que llamamos, rendirnos.
Normalmente un problema serio tiene
pocas soluciones, pero SIEMPRE, siempre las tiene, en el peor de los casos,
existe una resolución, una forma de disolver nuestros quebraderos de cabeza. Y
no hay más, la ecuación es muy sencilla: para resolver X hay que hacer Y.
Ecuación cerrada.
Entonces nos damos cuenta de que
para un gran problema necesitamos de una gran solución, de una gran fuerza de
voluntad y de un gran esfuerzo. No creo que ninguna situación complicada en
toda la historia de la humanidad se solucionara con un pequeño gesto, o dando
una patada a una lata. No me imagino a Einstein formulando su teoría de la
relatividad en 5 minutos mientras esperaba que empezara su programa favorito de
radio.
En nuestro caso, lo tenemos claro,
si una persona con sobrepeso desea verdadera y realmente dejar de tenerlo,
deberá someterse a una reeducación nutricional y a un plan de ejercicio. NO HAY
MÁS. Todas las vueltas que le queráis dar serán un bonito gesto de imaginación
fantástica. Dejadlo ya, no hay productos mágicos, las braga-fajas son una capa
de pintura verde en un césped con alopecia, la cirugía es cara y peligrosa, no
podréis pasar el resto de la vida comiendo alcachofa únicamente y vuestro
metabolismo no cambiará de la noche a la mañana.
Sólo un camino posible, si no estáis
dispuestos, es que no lo deseáis con la suficiente fuerza, si preferís la
comida en abundancia a convivir cada día a gusto con vuestro cuerpo,
felicidades, habéis elegido qué vida vivir y yo, eso, lo respeto, a comer
amigos.
![]() |
La elección es vuestra, descubrid dónde se encuentra vuestra fuente de felicidad. |
Por otra parte, si ser socio activo
de McDonalds sólo os procura 5 minutos de placer por cada 23’55 horas de
desazón ante el espejo os tengo que decir que sólo una solución se presenta en
el horizonte. Ya lo sabéis, nada de dietas milagros ni prisas, nada de querer
arreglar en dos meses lo que hace toda una vida que estáis estropeando.
¿Os sobran 20 kilos y los queréis
perder para el 1 de julio? Error.
¿Pensáis que en esa tienda que
venden sustitutivos de comidas está la solución? Error.
¿“Pierde 12 kilos en 4 semanas sin
ejercicio”? Error.
¿Qué conoces a una que tiene una
amiga cuya hermana perdió 20 kilos sin hacer dieta ni ejercicio?
Teletienda-error.
No os engañéis, de aquí sólo se sale
remando, y se observa mucho mar por delante, pero si algo bueno os puedo decir,
es que al final, hay tierra, hay una playa preciosa, llena de arena blanca y
palmera que arrojan sombra. Vuestro paraíso.
Esta entrada va dedicada a mi mejor
y más antigua clienta. Vamos Martí, ya conoces el camino, y te está esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario