“Cuando
la rutina nos golpea,
las
ambiciones de desploman.”
Este extracto de Love will tear us apart de Joy Division explica con bastante claridad
lo que sucede cuando la monotonía y la rutina se adueñan de nuestras vidas. Es
algo que podemos aplicar al amor, al trabajo, a nuestras relaciones y como no,
a nuestros propósitos, en nuestro caso, en nuestro objetivo hacia un cuerpo más
saludable y que catalice todo nuestro potencial interior.
Aunque cierto es que yo mismo
disfruto de ciertas rutinas diarias, intento siempre aportar algo diferente a
cada día de mi vida. Nunca practico el mismo entrenamiento, nunca como igual y
siempre intento variar las pautas pre y post-entrenamiento. Hablo de algo tan
sencillo como cambiar el orden de los ejercicios, el número de repeticiones por
serie o incluso el descanso entre series. Existen mil parámetros que me permiten
huir de la monotonía, hasta puedo cambiar la música de fondo durante mi
entrenamiento para que mis últimas series coincidan con algún temazo rockero
que catapulte mi depósito de reserva.
Si algo os puedo asegurar desde mi
punto de vista como Entrenador Personal es que como rocéis por un momento el
aburrimiento y la falta de pasión en lo que hacéis, entraréis en una dinámica
negativa que terminará en debacle sin remedio. Es necesario provocar y buscar
cambios casi constantemente para que nuestra motivación se mantenga siempre en
su máximo nivel.
En mi trabajo es importante observar
cuando un cliente entra en esa espiral. De repente la pérdida de peso se
ralentiza, pasan de perder 900 gramos por semana a perder 500. Admiten que
empiezan a cansarse, muy contentos pero se empiezan a cansar. En estos momentos
yo hago lo siguiente:
-¿Cuál es tu comida favorita?
-¿Para qué? Si de todas formas no
podré comerlo….
-¿Cuál es tu comida favorita?
- El helado.
- Tras cada entrenamiento te comerás
un helado, un Magnum. Es una obligación, parte de la dieta.
La semana siguiente, se suben a la
báscula y… magia. 1 kilo menos. Es el encanto de la motivación. Pensando que si
no hay entreno no hay helado, suelen entrenar un par de días más por semana, y
al saber que “pecan” una vez al día, se controlan más el resto del día. Fácil,
a veces, menos es más.
A continuación os ofrezco una serie
de consejos para escapar del maldito remolino de la monotonía:
-Si os aburrís en la sala de pesas,
pedid un cambio de entrenamiento a vuestro Personal Trainer.
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-Si no tenéis contratados los
servicios de un entrenador, elaborad una tabla semanal con los ejercicios que
más os gustan, el rango de repeticiones que más os place hacer y la duración
que queráis, aunque el entrenamiento dure 20 minutos. Siempre es mejor 10
minutos a tope que 1 hora al 50%.
-Preparaos una lista de vuestras
canciones favoritas en el mp3 para motivaros en vuestro entrenamiento.
-Buscad un compañero de
entrenamiento. Es importante que lo elijáis bien, no se trata de entrenar con
el futuro campeón del mundo ni con vuestro compi de cañas. Buscad alguien
agradable y de vuestro nivel, espolearos el uno al otro.
-Preparad una “ceremonia” pre y
post-entreno. Id a hacer un buen café antes, y tomaros vuestro batido
post-entrenamiento con tiempo y tranquilidad, sentados mientras leéis la prensa
del día o alguna revista especializada.
-Id a entrenar a una hora diferente.
-Pedid un cambio en vuestra dieta, a
veces un pequeño cambio cambiará radicalmente vuestro día a día.
-Haced un resumen diario de vuestros
actos. Reflexionad y puntuad vuestro nivel de sacrificio, quizás descubráis
dónde y cómo ejecutar un cambio urgente.
Hay muchos más, pero creo que ya
tenéis un par de armas nuevas para seguir en pie de guerra con total capacidad.
Recordad que no hay nada más poderoso que una mentalidad fuerte y con
determinación.
Si uno cree en si mismo no hay
dificultad imposible, si no retos apetecibles.
Un abrazo muy fuerte a todos los que esperáis cada lunes una
nueva entrada. Sois mi motivación y mi deseo de seguir escribiendo.
Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.
“Cuando la rutina nos golpea,
las ambiciones de desploman.”
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